El célebre Mausoleo de Halicarnaso albergaba la tumba de Mausolo, Rey de Caria. Fue construido en el año 353 a. J. C sobre el viejo Artemisa de Éfeso (ver templo Artemisa), tras sufrir este último un incendio que lo destruyo. En Halicarnaso, capital de Caria, murió el rey Mausolo después de un reinado tranquilo y feliz que llevó a su pueblo al esplendor y la prosperidad. Corría el año 353 a.C., y su esposa Artemisa decidió construir una tumba que hiciera inolvidable al rey perdido. Halicarnaso, en la Caria, un estado del Asia Menor. Se trata de una ciudad importante; incluso cuenta con una fábrica de esos extraños discos de metal inventados por Creso que hacen las veces de moneda. La ciudad luce esplendorosa: Mausolo ha conseguido llevarla a su cenit. Pero ahora la ciudad está de luto, pues Mausolo acaba de fallecer. ¿Qué tumba, que sepulcro será suficiente para un rey así? Su viuda Artemisa toma la decisión de no reparar en gastos; y de pronto, es como si toda la ciudad supiera que nunca más volvería a vivir una época tan magnífica como la de Mausolo, disponiéndose a demostrar su reconocimiento haciéndole la sepultura más especial de la historia, tanto, que dará nombre a los "mausoleos" que se construirán en el futuro..
En el Antiguo Egipto la construcción se mantuvo como ejemplo glorioso de una obra realizada por sus antepasados. Posiblemente en tiempos de los propios descendientes dinásticos las cámaras se empezarían a saquear, si bien es presumible que el exterior se mantuviese tal y como se proyectó hasta que el paso de los siglos y diversas vicisitudes históricas como la utilización a modo de cantera en tiempos del dominio egipcio por los árabes terminaron por afectar gravemente al monumento.
JARDINES COLGANTES DE BABILONIA
La Historia del monumento
Estamos en a mediados del siglo VI a. de C., y gobierna el rey Nabucodonosor II, el más famoso de todos los del mismo nombre. Además de un gran guerrero y conquistador, Nabucodonosor es también un gran arquitecto: la ciudad rebosa de construcciones monumentales. Sin embargo, algo se echa de menos en esta majestuosa ciudad: todo es demasiado llano, demasiado rectilíneo. ¿Amytis echa de menos sus colinas? Pues no faltaba más: el se las construirá. En seguida ordena traer grandes piedras, pues los ladrillos utilizados normalmente no resisten bien la humedad. Así, edifica una serie de terrazas escalonadas en las cuales depositan la tierra necesaria y empieza a plantar árboles, flores, arbustos, etc. También construye una máquina semejante a una noria que transportará el agua desde un pozo hasta los jardines para regarlos. En poco tiempo, éstos rebosan de vegetación, y las copas de sus árboles se divisan incluso desde fuera de las dobles murallas de la ciudad. Nabucodonosor ha conseguido crear un aparente monte cubierto de verdeante vegetación. Sobre los jardines colgantes existe también una leyenda, que sitúa la fecha de su construcción cinco siglos antes, a finales del s. XI a. de C. Según esta leyenda, es la reina Shammuramat, llamada Semíramis por los griegos, quien construye los jardines. Shammuramat gobierna el imperio asirio como regente de su hijo Adadnirari III, desde la muerte del rey Shamsidad V, y además de construir los jardines colgantes, conquista la India y Egipto. Termina sus días suicidándose a causa del dolor que le produce descubrir una conjura contra ella urdida por su hijo. Algo trágico... como era de esperar en una leyenda, sobre todo teniendo en cuenta que fueron los griegos quienes la recogieron. En el año 539 a. de C. los persas conquistan Babilonia, y ello provoca su decadencia. La población va menguando y, para cuando Alejandro Magno visita la ciudad (sobre el 326 a. de C.) parte de ésta se encuentra en ruinas. La destrucción definitiva tiene lugar en el año 126-125 a. de C., fecha en la que el sátrapa parto Evemero conquista la ciudad y la incendia. Desde entonces no quedan más que las ruinas a orillas del Éufrates.
LA ESTATUA DE ZEUS EN OLIMPIA
La historia del monumento
Mientras que duró la hegemonía griega, la estatua, como el templo, se mantuvieron en pie. Se sabe incluso que hacia mediados del siglo II a.c. se sometió a la obra a un proceso de restauración tratando de aliviar los desperfectos que el tiempo había causado. Ya en tiempos del imperio romano con el cristianismo como religión oficial, el emperador Teososio I en el 391 mandará cerrar el templo y prohibir los Juegos Olímpicos, circunstancia que provocó el progresivo deterioro del edificio y de su estatua. En el siglo V la obra se trasladó a Constantinopla en donde en 462 sería destruida por un incendio, siendo posteriormente los materiales salvados, reutilizados en otras obras.
TEMPLO DE ARTEMISA EN EFESO
La Historia del monumento
Una vez terminada su construcción fue sin duda uno de los edificios más emblemáticos de la Hélade hasta que en el 21 de Julio del 356, un extraño hombre que quiso pasar a la inmortalidad lo quemó. En palabras de Plutarco: La noche que nació Alejandro la Diosa estaba demasiado ocupada en atender su nacimiento que en prevenir la catástrofe. Años más tarde el mismo Alejandro contribuyó a la restauración de la obra (Templo E). Sabemos que a principios de la era cristiana el templo seguía en funcionamiento dadas las reticencias del pueblo de Eéfeso en abandonar sus cultos pese a las iniciativas de San Pablo. Sin embargo cuando el templo sufrió un incendio en el año 262 que lo devastó, la población que era mayoritariamente cristiana, no tuvo interés en reconstruirlo. Más adelante San Juan Crisóstomo mandaría demoler la obra en 401 y décadas después la ciudad fue desapareciendo hasta quedar en el olvido hasta que los trabajos de los arqueólogos del siglo XIX empezaron a rescatar sus ruinas.
EL MAUSOLEO DE HALICARNASO
La Historia del monumento
Tras su construcción el edificio se mantuvo en pie hasta 1496, fecha en la que los caballeros de Malta decidieron usar sus piedras para la fortificación de sus enclaves militares, de tal forma que a la altura de 1522 ya no existía el edificio como tal. Las estatuas y otros relieves que se pudieron salvar se encuentran en la actualidad en el Museo Británico.
EL COLOSO DE RODAS
La Historia del monumento
Tras su terminación, la estatua fue un referente en todo el mundo clásico que la consideró como una de las grandes maravillas. En el año 226 a.c. la ciudad sufrió un terremoto que dañó gravemente la obra en la rodilla (elemento que sustentaba toda la pieza). Pese a que Ptolomeo III se ofreció para llevar a cabo la restauración, la oferta fue declinada al ser contrarios los augurios. Finalmente la estatua acabó por sucumbir bajo su propio peso, existiendo noticia de que las ruinas de la misma se conservaron en la ciudad como recuerdo de su antiguo esplendor hasta que los árabes decidieron desmontar sus restos en el año 654 y trasportarlos a Siria como material de construcción.
FARO DE ALEJANDRÍA
La Historia del monumento
Salvo la pirámide de Keops, este fue el edificio que más tiempo perduró, de ahí que contemos con mayor número de noticias sobre él. Existen gran número de representaciones a lo largo de la historia. El edificio se conservó intacto realizando sus funciones hasta la conquista de Egipto por los árabes, quienes trasladaron la capital al El Cairo, motivo por el que la ciudad empezó a decaer y el faro a dejar de ser de utilidad, deteriorándose progresivamente el monumento sin que nadie decidiese emprender su reconstrucción. Sucesivos terremotos (como los de los años 956, 1303 o 1323) dañan grandemente su construcción hasta dejarlo convertido en una total ruina. De hecho cuando el viajero y geógrafo árabe Ibn Battuta lo describe en el año 1349, comenta como ya es imposible acercarse a él debido a su estado ruinoso. El capítulo final viene cuando el sultán egipcio Qaitbai decidió utilizar en 1480 sus materiales para la construcción de una fortaleza militar en Alejandría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario